La indolencia no tiene lugar en la vida de quien verdaderamente desea triunfar.
Es una característica que le hará perder en cualquier negocio.
Es el hábito que tienen en común la mayoría de los fracasados. Para contrarrestarlo, desarrolle la buena costumbre de hacer su trabajo inmediatamente o tan pronto como sea posible.
No busque pretextos; si lo hace, lo único que logrará es confundirse y su prestigio sufrirá las consecuencias, pues el éxito tiene mucho que ver con su trato con otras personas; es decir, si ellas creen que usted es una persona en las que no se puede confiar, evitarán todo contacto con usted.
La indolencia, por supuesto que afecta a los negocios, un negocio está basado en relaciones personales, interactuando muchas personas con muy variadas características.
La corrosión, es el resultado de la indolencia. Se corroe el cuerpo, el espíritu y la mente, otra acepción interesante para indolente es perezoso.
Jamás triunfará si se vuelve indiferente para las cosas que deben realizarse.
El éxito vendrá después de las horas de acción, no de las horas de reposo. ¿Cómo se puede romper con la indolencia? Pues bien sólo se requiere actuar.
Conviértase en una persona activa en todos los aspectos de su vida, no pierda su invaluable tiempo descansando cuando no lo necesite, el precio es demasiado alto: el fracaso.
Si usted tiene una idea de negocio o uno ya establecido, vende productos o servicios, no permite que por indolencia, su negocio vaya a pique. A veces se nos presentan buenas oportunidades, ¡no lo piense mucho! Deténgase un momento y ¡actúe, tome decisiones!
Nunca demore la realización de algo simplemente porque no tiene que hacerlo enseguida.
Ëxitos
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