Cuando se toma una idea de negocio y se inicia el emprendimiento para lograr el ansiado negocio propio, se formula un plan de negocio, el cual se espera ejecutar en todos sus extremos, pero es posible que en la ejecución del mismo se detecte que algo no está bien; que la acción que se realiza no está dando el resultado esperado, ya sea por alguna circunstancia externa o por una equivocación propia.
Esto es simplemente una señal de que tendrá usted que desviarse ligeramente de lo planeado para poder lograr su objetivo.
La causa de la revisión, sea por fuerzas externas que escapan a su control o por algún error cometido es una situación normal que usted tendrá que afrontar.
Recuerde, los planes son susceptibles de cambio y revisión y si usted se encuentra en una situación que lo obliga a modificar o revisar sus planes originales, no quiere decir esto que tenga que alterar su meta final. Las metas no deben cambiarse a menos que en su vida ocurra algún hecho drástico que vuelva inaccesible su objetivo.
Considere las desviaciones como un pequeño retraso y haga en sus planes el ajuste necesario.
Aceptar cualquier barrera como una derrota constituye un indicio de debilidad y falta de confianza en sí mismo. Su reacción ante errores y retrasos es lo verdaderamente importante, es aprender de ellos y sacarles algún provecho para el futuro.
Si resulta indispensable modificar sus planes para el logro de un negocio propio, aplique estos tres pasos:
1. Investigue cada aspecto del problema.
2. Considere todas las alternativas que pueda tomar.
3. Tome su decisión y manténgase firme en la consecución de su meta, como si nunca hubiera tenido que desviarse.
Un cambio de planes es una forma de sobreponerse a los obstáculos y constituye otra manera – frecuentemente mejor – de lograr la meta.
No olvide que las metas y los objetivos nos marcan el lugar al que queremos llegar, lo que queremos obtener para nosotros mismos.
Exitos
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